Una vez en Tepic, me encontré con un "maracame" en su puesto de mercancía (la cuál me fascino) con su nieta; no creo que su hija porque estaba muy joven y el muy anciano. (ó quién sabe..). El punto es de que me animé a hacerme una limpia al ver el letrero que ofrecía esa "experiencia" y por el precio, también (aunque escéptica). Jamás había experimentado sensación así, el "sacerdote" comenzaba a rezar cosas y a pasar por todo mi cuerpo una especie de artefacto tipo como la varita de Harry Potter pero con un espejo, plumas de águila, hilos de colores y demás; esa "vara" la utilizaba como si fuera un popote con el que absorbía algo dentro de mi y después escupía... En realidad no sé si escupía un gargajo. Algo sorprendente es que me toco los pulmones y me dijó: -"cuídalos", a lo que yo solo asentí porque en realidad casí siempre estoy enferma de la garganta (sé que debo dejar de fumar por un tiempo)... cuando terminó, se me ocurrió preguntar: -"Oiga y que más vió que tenía aparte de mis pulmones delícados?" a lo que el contestó: -"Muchas envidias". No sé porque me sorprendió que el me lo dijera; siendo que alguien ya me lo había dicho antes. -"pero no te preocupes, ya las alejé... cuando quieras puedes regresar a decirme como te funcionó" y se alejó... Esa seguridad con lo que siempre dijó las cosas y esa vibra que yo percibí son simplemente inefables para mi.
Me da mucha pena la gente que tenga la mente tan cerrada como para no darse cuenta que cuando hecha malas vibras para alguien mas, a ese alguien NO LE AFECTA PARA NADA; todo lo contrario.
